Maravillosa evolución de la clásica Clausthaler Orginal, carácterizada por su gran turbiedaz y sus aromas lupulados.
Cerveza pionera en el segmento sin alcohol, elaborada según un método alemán del año 1516, desde su lanzamiento el éxito, no solo en su propio país, la ha acompañado.
1972 fue un año de pioneros, no solo se lanzó el primer videojuego, "Pong", que allanó el camino para la industria de los videojuegos de hoy y el grupo pop sueco ABBA se formó para más adelante vender más de 380 millones de grabaciones... sino que algo más relevante sucedió en Alemania... ese mismo año, un pequeño grupo de cerveceros tuvo una gran idea, se propusieron crear una cerveza baja en calorías de gran sabor.
Pero se necesitó un ejecutivo de ventas para tener una visión aún más audaz... ¿por qué conformarse con una cerveza baja en calorías cuando podrían crear la primera cerveza sin alcohol de buen gusto del mundo? Se formó un equipo y comenzó el desafío.
Otros cerveceros habían tratado de preparar una cerveza sin alcohol antes, pero los resultados eran invariablemente imposibles de beber. Esta vez no. En 1972, Clausthaler comenzó el proceso que cambiaría el mundo de la cerveza para siempre.
Ligera y refrescante
Vista: Color dorado ambarino, turbio de la levadura en suspensión, con espuma muy abundante y de poca consistencia.
Olfato: Aromas maltosos pero sobre todo florales, gracias al lúpulo, y eso no es tan habitual. Y es que lleva un dry-hopping con lúpulo Cascade, lo que le da un toque floral y cítrico.
Gusto: Sabor igualmente limpio del cereal, con recuerdos de pan blanco y unas ligeras notas dulces muy ténues. El final de boca es claramente amargo acompañado de ese pequeño dulzor que proporcionan las maltas. Sensación: Cerveza de cuerpo ligero, textura crujiente, viva carbonatación. Ideal para acompañar aperitivos sencillos, encurtidos o conservas.
