El origen de Franziskaner
La historia de la cerveza no puede entenderse sin la casa Franziskaner. Referente mundial en las cervezas de trigo, más conocidas como weissbier. Retrocedamos en el tiempo. Edad Media, 1363. Con el nombre de «Bräustatt Bey den Franziskanern», se convirtió en la primera fábrica de cerveza civil en el distrito de la Residencia de Múnich. Baviera, era entonces y hasta ahora, una de las grandes cunas mundiales de producción de cerveza. Por aquel entonces, cuando los pequeños productores se limitaban básicamente a suministrar a los habitantes de los alrededores, apareció por primera vez el nombre de ‘Bräustatt Bey den Franziskanern’, por el monasterio franciscano que se encontraba a los alrededores. Así nació la primera fábrica de cerveza civil en el distrito de la Residencia de Múnich.
Franziskaner crece
En 1858 Joseph Sedlmayr y su hijo Gabriel, ambos propietarios de otras fabricas de cervezas en aquel momento, se convierten en copropietarios de Franziskaner. En 1935 el artista de Múnich Ludwig Hohlwein diseñó el logotipo del fraile franciscano aún presente en las botellas e insignia de las cervezas de trigo alemanas. La cerveza más conocida de Franziskaner es la Hefe-Weissbier Naturtrüb, comercializada y popularizada alrededor del planeta desde la década de los 70.
Ahora, según las estadísticas federales alemanas, hay más de 600 fábricas de cerveza en Baviera. El distrito alberga casi la mitad de las que existen en el país. Toca dar un salto en el tiempo para entender un poco más, la importancia de Franziskaner en el mundo cervecil. Pasan casi 500 años. Es 1872 y la primera jarra de Franziskaner se sirve en el Oktoberfest, la gran fiesta alemana de la cebada, la levadura y el lúpulo. No lo hizo, sin embargo, con su inconfundible cerveza de trigo, sino con un dorado estilo vienés.
Tras su fusión con la pala de Spaten, otro símbolo de la cerveza alemana, en 1964 por fin vio la luz su amada cerveza de trigo, aunque no fue denominada como Franziskaner Hefe-Weissbier hasta 1974. Tan solo diez años después su distribución nacional traspasa Baviera y ya en el siglo XXI se convierte en un referente a nivel mundial.
¿De dónde viene el nombre de Franziskaner?
En alemán ‘Franziskaner’ significa Franciscano, un claro guiño a las raíces de esta importante productora, la primera no palaciega muniquesa. No es casualidad que ese bonachón fraile sea el protagoniza de su etiqueta desde 1909, como símbolo de su primera ubicación junto a un monasterio de franciscano. El artista Ludwig Hohlwein diseñó esta inconfundible imagen que nos vigila desde la botella.
Su filosofía y la ley de pureza bávara
Los bávaros son el gran referente a nivel mundial en la producción de cerveza de trigo, siguiendo pauta por pauta una antigua receta que sigue de forma escrupulosa la ley de pureza de 1516, una dura regulación decretada por Guillermo IV de Baviera. Como no podía ser de otra forma, Franziskaner ha conservado en el proceso de elaboración esta tradición centenaria que cuida con mimo en Löwenbräu, en Múnich. Ponen en especial valor la calidad del agua. Al fin y al cabo, el 90% de la cerveza está compuesta por agua. Por cada litro producido, se necesitan 3,5 de H2O. Extraen directamente de un profundo pozo un agua cristalina pre-glacial cuya composición es ideal para la cerveza al adquirir sabores de los minerales de las rocas.
La malta utilizada en Franziskaner es de trigo ligera. El cereal crece entre marzo y agosto en el distrito del Danubio-Ries, mientras que la levadura para las cervezas de trigo debe ser de alta fermentación. Los propios cerveceros de Franziskaner cuidan con mimo una cosecha propia. La magia del lúpulo proviene de Hallertau, de los cultivos más grandes del mundo. Nada más y nada menos que 14.806 hectáreas entre Ingolstadt y Landshut, en pleno corazón de baviera. Esta variedad, madurada entre mayo y finales de agosto, ofrece a la Franziskaner ese característico sabor amargo y aromático.
Franziskaner Hefe-Weissbier, su cerveza por excelencia
La clásica Franziskaner Hefe-Weissbier Naturtrüb es una apuesta por la tradición, por conservar esa cerveza de trigo con sabor fresco y ligeramente ácido. Electrizante y ligera de cuerpo gracias a unos ingredientes de alta calidad bávara.
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Apariencia. Su característico color dorado se muestra ligeramente turbio gracias a la levadura en suspensión, lo que le otorga una espuma cremosa y a la vez persistente en el tiempo.
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Aroma. Un peculiar aroma clavo se mezcla con el toque afrutado del plátano, también con ligeras notas de caramelo y cereal tostado.
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Sabor. Ligera y amarga, sus toques de acidez y dulzor la convierten en una excelente opción para cualquier momento refrescante solo o en compañía.
Maridaje con cerveza Franziskaner
El sabor del trigo combina a la perfección con cualquier plato de carne, sobre todo aquellas magras y especiadas. Y si han sido asadas o hechas a la parrilla, mejor que mejor. Un gran ejemplo, las conocidas salchichas bávaras si nos apetece montarnos nuestro pequeño Oktoberfest particular. Otra gran opción, los ‘pretzels’ o cualquier acompañamiento salado, como frutos secos o patatas fritas. Franziskaner también dispone de su propio vaso tipo weizen para hacer la cata aún más perfecta.
Las creaciones más reconocidas de Franziskaner
Sin duda, su primera espada es su famosa cerveza de trigo con levadura ligera. Desde la década de los 70 ha crecido a pasos agigantados hasta convertirse en un referente a nivel internacional.
Las cervezas Franziskaner son:
¿Dónde comprar cervezas Franziskaner?
A pesar de que la cerveza Franziskaner es plenamente internacional y es fácil encontrarla en locales y comercios, la opción de la compra online se antoja perfecta para aquellos paladares exquisitos que prefieren el servicio puerta a puerta. Desde escerveza.com os ponemos muy fácil y al alcance de todos los paladares.
¿Quién es el propietario de cervezas Franziskaner?
Desde 1922 la fábrica de cerveza Franziskaner-Leist se fusiona con la de Spaten. Nace así Spaten-Franziskaner-Bräu, una de las principales empresas de cerveza alemana. Además de la Franziskaner, en sus entrañas también se produce la lager de Spaten. Su sede se encuentra, cómo no, en Múnich.